Respuesta para un cuestionario Sloveno

Comparto las respuestas para una entrevista reciente, solicitada por un medio de comunicación de Slovenia, por si sirve para la comprensión. 

– ¿Cómo describirías lo que está sucediendo actualmente en Venezuela?
– Como la lucha de un pueblo contra un gobierno dictatorial, un tipo de autoritarismo diferente al de las dictaduras tradicionales latinoamericanas y cuyo referente anterior fue el gobierno de Alberto Fujimori en Perú. Nicolás Maduro es un gobernante con un rechazo popular mayoritario, como se demostró en las manifestaciones multitudinarias realizadas el pasado 23 de enero en 60 ciudades del país, y muchas más en otros países por parte de los venezolanos que han sido forzados a emigrar.

El deterioro de las condiciones de vida ha motivado que sean los sectores populares quienes hoy encabezan las movilizaciones contra Nicolás Maduro. Luego del fraude electoral de mayo de 2018, y la usurpación de la presidencia a partir del pasado 10 de enero, la Asamblea Nacional, como único poder con legitimidad de origen, ha tomado una decisión política para restaurar la propia Constitución a corto plazo y convocar a elecciones libres en el plazo más breve posible, una ruta para transitar del autoritarismo a la democracia. El gobierno ha respondido con la represión. En este momento 35 personas han sido asesinadas en el contexto de manifestaciones, mientras que 850 personas han sido detenidas, todo en el lapso de una semana.

Los Estados Unidos están intentando promover una salida de fuerza, estimulando que sean los militares venezolanos quienes quiten a Maduro de la presidencia. Por otra parte la Asamblea Nacional está más cerca, hoy, de la estrategia promovida por la Unión Europea, la cual ha sido resumida en tres pasos: 1) Cese de la usurpación; 2) Gobierno de transición y 3) Realización de elecciones. Otros actores internacionales son el Grupo de Lima, por un lado, y México y Uruguay por otro, quienes han realizado una propuesta para la realización de un diálogo entre las partes.

Dentro de Venezuela la polarización que existía en días de Hugo Chávez, chavistas contra antichavistas, no existe. El conflicto ha dejado de ser ideológico para transformarse en el choque entre dos tipos de gobierno, democracia contra dictadura. Hoy son parte de la lucha por el regreso de la democracia sectores que se identifican a sí mismos como “chavistas disidentes”. Algunos de ellos están acordando estrategias con los partidos opositores tradicionales, por ejemplo dentro del espacio “Frente Amplio”.

 

Por último, el gran telón de fondo es una situación de pobreza que condena a la exclusión y el hambre a un sector mayoritario de la población.

– Usted ha advertido que el régimen actual no ha fortalecido realmente a las comunidades y movimientos venezolanos (laborales, ambientales, sociales). ¿Qué les está sucediendo actualmente?

– Los movimientos sociales, como eran conocidos en Venezuela en la década de los 80 y 90, hoy se encuentran debilitados y divididos. Durante los primeros años de Hugo Chávez abandonaron sus agendas particulares de reivindicaciones para asumir la movilización electoral en apoyo o rechazo al chavismo. El gobierno destinó muchos recursos para transformar a los antiguos activistas en funcionarios burocráticos de gobierno, abandonando un auténtico trabajo comunitario. También fueron debilitándose por la lucha por la supervivencia, debido a la situación de alta inflación (más de un millón por ciento en el 2018) y retroceso de la capacidad adquisitiva de los salarios. Finalmente, el tejido asociativo casi desapareció cuando muchos activistas tuvieron que salir, de manera forzada, del país para sumarse a la migración venezolana en el exterior.

Hoy sobreviven algunas redes y movimientos sociales, con muchas dificultades y con sus capacidades de actuación disminuidas. Muchos están sumados a la lucha por el regreso de la democracia. En las condiciones actuales es imposible cualquier proyecto de autonomía individual o colectiva, así que tenemos que volver a un punto, la democracia, donde los proyectos alternativos y las diferentes identidades políticas tengan posibilidades materiales y sociales para desarrollarse.

 

– Leemos mucho sobre miles de refugiados que escapan de Venezuela: ¿quién permanece en Venezuela y cómo vive / sobrevive la gente?

– Hay diferentes cifras sobre la cantidad de personas que se han ido de Venezuela, pero oscila entre los 3 y 5 millones, según los organismos internacionales. Hemos tenidos varias oleadas de migrantes. La primera fue de empresarios, luego de personas de clase media. Luego los siguieron los perseguidos políticos, para sumarse los sectores populares y, finalmente, los propios chavistas. En Venezuela quedan las personas que no se pueden o no se quieren ir. Las clases sociales, como las conocíamos, se han venido difuminando. Ahora la sociedad se divide entre quienes reciben dólares del exterior, por remesas, y quienes no los reciben. Una persona de un sector popular que reciba 50 ó 100 dolares en un barrio vive hoy mejor que alguien de clase media que gana en bolívares por su salario. Las personas dedican mucho esfuerzo cada día por encontrar alimentos y medicinas en el mercado negro. O conseguir alimentos a precios controlados distribuidos por el gobierno.

 

– ¿Quién se está beneficiando de la confrontación actual entre los poderes políticos (Maduro y Guaido)?

– Cada vez que Maduro declara “la guerra al imperialismo”, suenan las monedas en los bolsillos de algún traficantes de armas. A partir del año 2016 la naturaleza del conflicto cambió, así que ya no estamos siendo testigos de una confrontación Chavismo contra Antichavismo, sino entre quienes queremos vivir en libertad contra quienes desean mantener una dictadura. Es ingenuo pensar que no hay intereses económicos en juego, la participación de los Estados Unidos, Rusia, China o la Unión Europea. Pero salir del gobierno de Nicolás Maduro es una condición para quienes queremos sobrevivir dentro de Venezuela y plantear en algún futuro algún proyecto alternativo, o alguna alternativa social libertaria.

 

– Usted ha advertido sobre un modelo de desarrollo y agotamiento de recursos naturales que ha continuado bajo Chávez y Maduro, lo que permite políticas populistas y una gobernanza antidemocrática en crecimiento. ¿Cómo puede ser cambiado?

– Algo bueno de la crisis profundizada por el chavismo ha sido que ha quedado en evidencia el agotamiento del modelo extractivista de desarrollo, perjudicando a comunidades indígenas, campesinas, así como al propio medio ambiente. El modelo populista no está muerto, pero si herido gravemente. Lamentablemente no existe una discusión amplia en el país, debido a la propia situación política, de cómo debería ser la Venezuela post-extractivista. A corto plazo el Estado debe mantener medidas de mitigación del impacto, en los sectores populares, de cualquier política económica que desee corregir la situación del país y detener tanto la inflación como el retroceso de los salarios.

 

– ¿Qué debe pasar para que algo bueno pueda venir a partir de la situación actual?

– Desde el momento en que el modelo de dominación bolivariano dejó de ser popular, de contar con la mayoría social y electoral del país, soy optimista sobre la posibilidad de un cambio. Hoy los sectores populares que anteriormente estaban controlados por el oficialismo se han rebelado. Las personas han recuperado las ganas de participar. Incluso los antiguos aliados de Nicolás Maduro lo han abandonado. La salida del poder de Nicolás Maduro será apenas el inicio de la reconstrucción del país, y de regresar a un escenario donde la acción autónoma de los movimientos sociales pueda ser posible. Donde podamos recuperar el espacio público y desarrollar, libremente, actividades culturales. Los problemas no desaparecerán mágicamente, de hecho aparecerán algunos nuevos, pero la salida del poder de Nicolás Maduro será algo tan bueno que nos permitirá a todos, incluso a los propios chavistas, un nuevo comienzo como país.


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