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Si alquien resume en su vida y obra mis aspiraciones políticas y culturales, ese es Albert Camus. Emparentado con los anarquistas, he ido recopilando pacientemente todo sus textos escritos en castellano. Su pelea con Jean Paul Sartre ha significado la altura del listón moral acerca de los dobles raseros, que tanto abundan en las izquierdas. No se me ocurrió una mejor manera de escribir sobre ese conflicto que traer ese debate al contexto venezolano actual. La actitud intelectual y política que asumió el autor de «La Nausea» sobre los argumentos de quien redactó «La Peste» han creado un modelo de conducta que hoy se repite, calcado al carbón, entre los progresistas que, justificando la tortura y la implosión de libertades, han dado la espalda a la lucha del pueblo venezolano por dignidad y democracia. Esa actitud la califiqué, provocativamente, como «Efecto Sartre», y ocupa los dos primeros capítulos del libro. El tercero y último son ideas para la reconstrucción democática de Venezuela, para aterrizar ese vuelo ideológico que partió a finales de los 40 en París.

El prólogo del libro es cortesía de Tomás Ibáñez, el autor vivo anarquista en castellano que me parece más intersante. La portada es un lujo realizado por José Luis Couto. Le pedí usar la única foto existente de Camus y Sartre juntos, y reubicarlos en la Plaza Bolívar de Caracas. El resultado es tal cual como me lo imaginaba en la cabeza.

El título, «La rebeldía más allá de la izquierda», quería resumir que valores como la justicia social y la libertad no le pertenecen a ninguna franquicia ideológica, y que a pesar del desprestigio chavista a todo lo que se parezca a izquierda, esos principios sin etiquetas deben estar en la reconstrucción de la Venezuela que nos merecemos. Como deseaba que me leyeran los activistas jóvenes que en el año 2014 y 2017 habían salido a protestar a las calles de Venezuela, pensé que cada capítulo debía cerrar con un comic. Los convocados fueron Lucas García y José Luis Couto.

Del libro salieron 500 copias, por Naufrago de Itaca Ediciones. Mario Vargas Llosa hizo una curiosa reseña en su columna de El País que le dió relevancia intelectual al esfuerzo. Algunos amigos hicieron reseñas, como Rubén Chababo y Erly Ruiz. Hilda Landrove tuvo el detalle de dedicarme uno de sus podcasts «Caminero». Mientras pueda, seguiré intentando pensar por mi mismo. Y escribirlo.

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