Otoño del 2004. Marcelo y Carlos me enseñan Santiago y derivamos al inefable Parque Forestal, bordeando el Rio Mapocho. Carlos toma las dos cámaras. la del Marcelo y la mia, y tira la misma foto. Dos pigmentaciones, dos estados de ánimo.
La blanco y negro, si vieran la original, muestra en detalle la textura de las hojas de los árboles, en ese contraste eterno. Pero la color, en mejor encuadre, arropa a las estatuas en el contexto y nos ofrece profundidad. Dos fotogramas de la misma secuencia.



Hermano una pena que trates de hacer pasar dos fotografías distintas, si acaso, tomadas en el mismo sitio. No son, como tu comentas, fotogramas de una misma toma hechas por dos cámaras diferentes, habría solo que ver los elementos que encuadran los sujetos ahí retratados.
Saluditos cordiales¡¡¡
P.D..para qué lo haces??