Lo que ha pasado con Facundo Cabral nos recuerda la fragilidad de la gente buena, mientras los seres oscuros crecen como la mala hierba. En recuerdo de un ser luminoso, comparto la foto que le hicimos en un concierto que tuvimos la suerte de ver, el 25 de enero del 2009, en un teatro en Mar de Plata. Esa noche el clásico Boca-River, que se jugó en la ciudad en pleno verano, nos dio la dicha de estar en un auditorio vacio, con una cuarentena de gentes, deleitandonos con la música del cantautor, en una sentida intimidad. Cabral, místico en los últimos años de sus días, afirmó recientemente «Soy un anarquista, que es algo peor que un comunista. Por eso, nunca he votado, jamás me he involucrado en la política, porque divide y yo me alejo de lo que divide».
Que la tierra te sea leve compañero.

