Francisco Sesto ha publicado, tras su salida del ministerio, el texto “Vivienda para el socialismo. Memoria conceptual de una gestión”. Este esfuerzo de sistematización, inédito hasta ahora en el gobierno bolivariano, vale la pena destacarse. Como documento presenta una serie de reflexiones sobre los elementos a considerar para implementar políticas en la materia, así como las propias iniciativas promovidas durante su paso por el ministerio. Los datos y tendencias que refleja el texto deberían ser un insumo para la discusión tanto en las instituciones públicas, la academia y las organizaciones ciudadanas que realizan contraloría social en el derecho a una vivienda digna.
En la contextualización de la situación Sesto afirma que para solucionar el déficit en diez años se necesitaría la construcción de tres millones de nuevas viviendas, sin contar las que deben ser reparadas, mejoradas o reubicadas por encontrarse en zonas de riesgo. Estima que el índice de crecimiento anual es de 1,67%, por lo que cada año hay un crecimiento de 476.600 habitantes. Al asumir la cifra de 100.000 familias nuevas por año, el ex funcionario reconoce que no hay una estimación confiable de la formación de nuevos núcleos, lo cual es un dato esencial para el cálculo tanto de las metas de construcción como la propia deuda social en el área. Al cruzar los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con los del Sistema Integrado del Ministerio de Vivienda y Hábitat (SIVIH), Sesto afirma que del total de familias que demandan un techo propio el 72% tienen de 1 a 3 miembros, el 17% 4 miembros y el 11% 5 o más miembros. Ante todo este análisis, la opinión del ex ministro es que el ritmo de producción de viviendas nuevas debe ser de 300.000 unidades anuales, en donde el 90% deberían tener 2 habitaciones y un baño.
En la memoria se cuestiona el tipo de urbanismos, constituidos por hileras de viviendas aisladas, priorizados por el Ejecutivo Nacional: “No hacen ciudad, en tanto que no contribuyen a formar el entramado social ni, por supuesto, el entramado físico”. Otra noción cuestionada por el arquitecto es la propuesta de vivienda progresiva, “un esfuerzo inútil y descaminado” según sus palabras. Esta casa, la cual se entrega con infraestructura mínima para que la familia que la habite aumente posteriormente sus dimensiones, ha ido ganando terreno entre los actuales proyectos del Ministerio de Obras Públicas y Vivienda, lo cual incumpliría el ofrecimiento realizado por el propio presidente Chávez de 56 metros cuadrados como las dimensiones de las viviendas a ser edificadas por el Estado.
Al desarrollar los costos de construcción “Farruco” hace una afirmación que da mucha tela para cortar: cada vivienda edificada por el Estado, debido a sus altos costos, pudo haberse optimizado, con la debida planificación, para costear la construcción de al menos dos casas adicionales. Al describir las políticas para minimizar precios, plantea la necesidad de impulsar como Estado un gran plan de producción de vivienda en base al más alto nivel de industrialización, dejando de lado el voluntarismo y la mano de obra artesanal. Otra irregularidad constatada es durante el proceso de asignación de viviendas, cuya opacidad ha generado altas cuotas de corrupción tanto en funcionarios públicos como en gestores camuflados bajo el adjetivo de comunales. El ex ministro reconoce que existe desorden y falta de sistematización en los mecanismos de asignación. Apunta que el problema va a seguir estando presente hasta tanto no se cumplan tres condiciones: Primero, que se construyan suficiente cantidad de viviendas en todo el territorio. Segundo, que se perfeccione el sistema nacional de registro y asignación para hacerlo confiable. Tercero, que las comunidades “organizadas para el socialismo”, asuman el tema directamente en sus manos. En este punto, como en otros aspectos de su reflexión, Sesto introduce como un prerrequisito para el disfrute del derecho la ideología socialista. Además, en varias oportunidades realza el trabajo del PSUV. Ojala las futuras reflexiones del funcionario superen los dogmatismos y las exclusiones partidistas que tan malos frutos cosecharon en el pasado.
Francisco Sesto enumera varios ejemplos de su intento en aplicar políticas que aliviaran estas preocupaciones. Por citar un caso, la programación realizada para asignar equitativamente viviendas en todos los estados y municipios del país, lo cual antagoniza con la práctica de atender únicamente a las capitales de los estados y los municipios con capacidad de presión política. Sin embargo apenas estuvo 8 meses en el cargo, siendo parte de la situación de alta fragilidad institucional de la cartera de vivienda, que sólo en el año 2008 tuvo 5 ministros diferentes, incidiendo en la falta de continuidad de los proyectos adelantados por cada uno de los equipos ministeriales. Este escenario de incertidumbre se ha amplificado con la integración de los entes de infraestructura y vivienda y hábitat, por lo que es posible que este año sea uno de los de menos edificación de casas durante la década bolivariana. En Provea han llegado las denuncias de los habitantes del sector Nueva Tacagua, en Caracas, a los cuales debido al proceso de fusión les han pedido 6 meses ¡para contestarles una comunicación! (Correo del Caroní, 12.10.09)
