Me gustan los generos musicales «duros», o en estado puro. Para hablar de rock, el punk de tres acordes, el hardcore tupa tupa, el dark ochentero o el pop de estribillos pegajosos. Pero también me gustan los híbridos, lo que resulta de la fusión de las culturas. Y que conste que no hablo de «Manu Chao». Parlo del hip hop con salsa, o como en esta oportunidad, de cumbia con punk, las Kumbia Queers de Argentina.
No todo el tiempo pensé así, lo admito. Años antes, me enfoque a escuchar sólo cosas de un género, mirando por encima del hombro al resto de la música, y del planeta. Pero más pudo la crianza, el haber crecido escuchando Billos y Pastor López, mas tarde haber descubierto el tecno y haber empezado mi melomanía con el pop y aquel «rock en tu idioma» de Argentina y México. He aprendido a escuchar de todo, en este caribe lleno de luz y playa, de muerte en cada esquina y de conversaciones fáciles en el Metro, sin renegar de nada.
Las Kumbia Queers son una banda de chicas para chicas, que vienen, en su gran parte, de una banda punketa y under porteña llamada She Devils, militante del subte y de varias de las imprescindibles, para la vida, causas casi perdidas. “Seis locas punk and rollers aburridas del rock actual deciden autoexplotar su lado kumbianchero y queer, haciendo canciones de chicas para chicas», se presentan en su sitio de Myspace. Y los covers de The Cure, Black Sabbath y Ramones, en plan vallenato, mas un par de temas propios, se agrupan en su primer disco, el cual ahora se presenta en Buenos Aires tras una incursión por México.
Lo que me gusta del proyecto, además de su desparpajo, es que lo hacen como complemento de su identidad, sin renegar de su pasado. Ser rockero/a en latinoamerica, pues. Otras experiencias que conozco, de repente dejaron de hacer «punk» o «rock», porque de repente un dia descubrieron que era música para ghettos, pasando al bando de los salsosos o los mestizos para, según ellos, poder tocar más para el «pueblo». Libre albedrio, diriamos, si no fuera por el detalle que comenzaron a disertar sobre una supuesta territorialización de la música, quedando el rock and roll para los «países desarrollados». La cultura como compartimientos estancos y como extensión del materialismo dialéctico. Soberana peladera de bola. Han habido otros casos curiosos en torno a esta metamorfosis en pos de lo «popular». Como aquella famosa banda de ska que de la noche a la mañana, intentaron promover a Jose Gregorio Hernández como sucedaneo de la Virgen de Guadalupe para el rock local. Lo chistoso, en este caso, es que el combo creía que Isnotú era vecina del Golfo de Paria, así de claros estaban sobre este culto popular, al que veían desde afuera.
Las Kumbia Queers, con integrantes de dos países y sin despotricar de su filiación hardcore, hacen música y la pasan bien. Tras el incendio de la discoteca, a finales del 2004, en el que murieron decenas de personas, se catalizó el proceso de cierre de espacios públicos para la música en Buenos Aires. Quien lo pensaría. Pero las chicas no se amilanan, y le ponen un poquito de fiesta al asunto para desafiar al mal tiempo. El disco se puede descargar de http://rapidshare.com/files/64421969/Kumbia_Qieers_-_Kumbia_Nena.rar.html

«soberana peladera de bolas»… me gusta esa frase
por cierto… me gustaría conocer tu opinión sobre algunos temas de política en Venezuela para una clase que tengo, «sociedad civil y grupos de interés», si no te molesta agregame tabitonga@hotmail.com. Un abrazo
Rafi, gracias por escribir sobre la banda! es muy hermoso lo que escribes de nosotras!
Arriba el Punk tropical!
Que desastre…no pudieron mezclar algo tan bueno como el Punk con la mierda de la Cumbia…a menos que sea la cumbia Tropical y no la Villera..si fuese asi no tengo nada en contra…pero igual Detesto la cumbia…